CUIDAR(TE): LA IMPORTANCIA DEL AUTOCUIDADO
Suena el despertador, te despiertas con el tiempo justo y casi con la taza de café en mano ya estás en el metro yendo al trabajo. Reunión tras reunión, sales del trabajo y vas corriendo a hacer la compra. Por fin vas a llegar a casa y te encuentras con un atasco que te enfada. Llegas a casa y sigues contestando correos de trabajo y preparando las cosas para el día siguiente. Ya es de noche, cenas algo rápido y te acuestas.
Seguramente te sientas identificad@ con esta historia que se repite día tras día. Y ¿dónde quedas tú? ¿En qué momento del día te dedicas un tiempo para ti? ¿Cuántos minutos pasas contigo? Cuidas de todo tu entorno, pero ¿realmente CUIDAS DE TI?
Nos encontramos en una época en la que las prisas y el máximo rendimiento son nuestros compañeros de vida. Estamos guiados por las órdenes, el estrés y la monotonía en la que servimos a los demás olvidándonos de la persona más importante: tú.
Es por ello por lo que el autocuidado se está convirtiendo en una de las acciones más recomendadas por los psicólogos, debido a su relación con la calidad de vida y la autoestima.
¿Qué es el autocuidado?
Este término engloba las acciones que un individuo puede realizar para mejorar su estado de salud (en las áreas físicas, sociales y psicológicas). Consiste en ponerse a un@ mism@ como prioridad, dedicándose un tiempo prudencial a la semana para cuidarse y regalarse momentos de bienestar; teniendo como finalidad un desarrollo de la persona positivo.
Diversos estudios, entre ellos los de la Asociación para Autocuidado de la Salud (ANEFP) relacionan de manera positiva el autocuidado con el bienestar diario, el equilibrio emocional y la prevención de distintas enfermedades.
Algunas sencillas pautas que podemos seguir para cuidarnos cada día son la siguientes:
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Utilizar un lenguaje cariñoso y positivo al dirigirnos a nuestra persona. Este aspecto anda muy relacionado con la autoestima, ya que potenciar nuestros aspectos positivos, lanzarnos piropos y dedicarnos unas palabras bonitas son simples maneras de cultivar el autocuidado.
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Realizar cada día alguna actividad placentera y agradable puede ayudar a nuestra mente a desconectar de los días más agotadores. Dar un paseo, ir al cine, leer unas páginas de tu libro, comer bien, hacer deporte…
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Gestionar y organizar nuestro tiempo ayuda a poder realizar las actividades previamente comentadas. Aprender a destinar un ratito de nuestro día a autocuidarnos y tener claro en qué momento va a suceder, es importante para no contaminarse del estrés y el agobio de la agenda.
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Practicar la asertividad es una manera de sentirse mejor contigo mism@ y cuidarte en determinados momentos. Tal y como comentamos en anteriores publicaciones, saber decir que no y mostrar tus sentimientos y deseos en cada momento aumentará tu autoestima.
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Comparte tu tiempo con tus seres queridos. Ir a tomar algo con tu amiga, o compartir una película con tu padre también es una manera de autocuidarte y dedicarte un buen tiempo de calidad.
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Aprende y practica alguna técnica de relajación a diario. Antes de irte a dormir puede ser el momento perfecto para ponerlo en práctica, te irás a dormir en un estado de relax que seguro influirá en tu siguiente despertar.
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¡No te olvides de tus mascotas! Son los compañeros perfectos para desconectar de la realidad y pasar un momento divertido y cariñoso.
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Escribir tus propias notas, ideas, planes, es una buenísima vía de escape de los problemas y el estrés del día a día. Escribir es una tarea terapéutica muy positiva a nivel emocional y cognitivo.
Estos son sólo unos pocos ejemplos de todas las acciones que incumbe el autocuidado. Cada persona puede encontrar su momento y su actividad en cualquier rincón del planeta. Convertir el dedicarte este tiempo en una costumbre más del día a día será muy positivo para tu salud y notarás sus beneficios de manera instantánea.
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Laura Ramón Calvo
