top of page

EL ARTE DE LA MEDITACIÓN.

55692836_10216081843373175_2389001349955

La meditación es una práctica que en los últimos años se ha vuelto muy popular. Son muchas las personas que cada día aprovechan un momento de su día para meditar y encontrar un poco de  serenidad y paz. 

Mucha gente tiene ideas equivocadas acerca de lo que significa la meditación; no es una religión, no se necesita ningún tipo de habilidad especial, no requiere mucho tiempo, no tiene el poder de eliminar nuestra tristeza y no consiste en pensar únicamente en positivo. Entonces, ¿qué es la meditación?

La meditación consiste en entrenar nuestra atención para que podamos ser más conscientes no sólo de nuestros propios mecanismos internos, sino también de lo que está pasando a nuestro alrededor, es decir, del aquí y el ahora, con nuestro cuerpo y mente. Y cuando digo estar presente, me refiero a permitirme sentir lo que siento, escuchando mi cuerpo y permitiéndome expresar libremente mis ideas, emociones, pensamientos y sensaciones sin juzgarlas, sin cambiar nada. Siempre intentado adoptar una actitud de apertura y aceptación de la realidad, tal y como es.

 

Estos son algunos de los beneficios que podemos obtener a través de esta práctica: 

 

1. Nos permite reducir nuestros niveles de estrés y aumentar nuestra capacidad de concentración. 

Sentarse quieto y pensar se ha convertido en una tarea casi imposible de realizar en nuestra sociedad. Estamos constantemente haciendo cosas o, para ser más exactos, somos expertos en realizar multitareas: hablamos por teléfono y al mismo tiempo conducimos, aprovechamos para enviar un correo de trabajo mientras cenamos con la familia, desayunamos mientras vemos la televisión, o incluso utilizamos el móvil mientras vamos al baño. Estos son solo algunos de los ejemplos que seguro que os resultan familiares. En psicología, denominamos este tipo de atención como Atención Parcial Continua. Prestamos atención de manera simultánea y continua a diversas fuentes de información, pero lo hacemos a un nivel superficial. 

Pues bien, a través de la meditación intentamos prestar atención a lo que estamos haciendo en ese momento concreto, en vez de abrumarnos con el exceso de tareas y estimulaciones. 

 

2. Nos permite mejorar nuestra capacidad de memoria y procesamiento de la información. 

Igual que ejercitamos los músculos para conseguir un cuerpo tonificado, si queremos tener una mente saludable tendremos que trabajar el músculo del cerebro. Y esto se puede ejercitar a través de la meditación y la práctica de la atención plena. A través de esta práctica lograremos mejorar todas las demás funciones superiores, como la memoria y el procesamiento de información. 

 

3. Nos permite detectar hábitos mentales dañinos que hasta el momento nos resultaban invisibles y que suponen un obstáculo para nuestra felicidad. 

Los juicios que hacemos en relación a lo que somos y a cómo funciona el mundo tienen una importante influencia sobre cómo y a qué le prestamos atención. “No soy capaz de hacer esto”, “No merezco que me quieran, “Nunca me sale nada bien”…

Estos esquemas cognitivos vienen motivados por nuestros miedos, deseos y experiencias. Nos anclan al pasado, influyen en nuestro presente, limitan nuestro sentido de lo que es posible o no y alejan nuestra felicidad. La meditación nos permite detectar estos pensamientos que en ocasiones son automáticos y de los cuales no somos muy conscientes, para después poder modificarlos por otros más adaptativos. 

 

4. Nos permite recuperar la energía que continuamente malgastamos intentando controlar lo incontrolable. 

Seguro que muchos de vosotros, en ocasiones, habéis intentado controlar vuestras emociones, “no debería sentir envidia”, “tengo que dejar de sentir rencor”, “si siento rabia es que soy mala persona”. Nosotros no tenemos el poder de decidir si sentir o no esas emociones. No obstante, a través de la meditación podemos aprender a cambiar nuestras reacciones ante ellas, permitiéndonos experimentar esas emociones que son totalmente humanas, sin juzgarlas y sin castigarnos a nosotros mismos por sentirlas. 

 

5. Nos permite también obtener beneficios en el plano físico, en nuestro cuerpo. 

Varios estudios científicos han demostrado que la meditación también incrementa nuestra salud en general. Cuando meditamos nuestra presión sanguínea es más baja, y este descenso de la tensión conlleva la reducción del riesgo de padecer úlceras, dolores de cabeza, insomnio o problemas musculares. Todo esto nos lleva a aumentar la eficacia de nuestro sistema inmunológico. 

Además, esta práctica implica aprender a respirar adecuadamente. Esto se refleja en que tu respiración es mucho mejor y, en ocasiones, puede ser de gran utilidad para aquellas personas que presentan enfermedades respiratorias como el asma. 

 

Estos son algunos de los muchos ejemplos que puede aportarte la práctica de la meditación. Hay muchas formas de meditar, tantas como personas y necesidades, cada uno tiene que dedicar tiempo a encontrar la suya. 

 

Si el tema de hoy te ha resultado interesante y te ha despertado cierta curiosidad, te animo a que sigas descubriendo “el arte de la meditación” y profundices un poco más en el tema. Más adelante vamos a dedicar un espacio para compartir con vosotros indicaciones de meditaciones sencillas, para aquellos que quieran descubrir y experimentar por ellos mismos sus beneficios. Si puedes respirar, puedes meditar. 

“La meditación no es una vía de escape de la vida, sino la preparación para estar realmente en ella”.

(Thich Nhat Hanh, 2002).

Sarah Ghahremani Thomsen

bottom of page